“Los diamantes son para siempre”, cita el famoso dicho. Al parecer ahora también lo somos nosotros.  Algordanza es el nombre  una compañía Suiza que está reinventando la forma en que las personas tratan a “sus muertos”. La empresa convierte las cenizas de difuntos en diamantes, permitiendo así a sus familiares tenerlos cerca en todo momento. Aunque este servicio pareciera ser exclusivo para personas con de un alto nivel social, los propietarios aseguran que   “Diamond Burial” puede ser menos costosos que las opciones tradicionales de servicios fúnebres.